BOTOX - Toxina Botulínica

BOTOX - Toxina Botulínica

El uso más común de las inyecciones de botox es relajar temporalmente los músculos faciales que subyacen y causan arrugas, como entrecejo, las patas de gallo y los surcos en la frente. 

El tratamiento con toxina botulínica también se usa para tratar otras afecciones que afectan el funcionamiento del cuerpo, como la distonía cervical, párpado caído, espasmos musculares, entre otras.

Puede inyectarse en el cuello, pecho y el mentón.

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El Botox se usa aplicado en los músculos de la frente, el entrecejo y las “patas de gallina” con mayor frecuencia.

¿Cómo funciona?

La toxina botulínica BOTOX es una proteína molecular muy sensible, que ayuda a frenar la contracción muscular.

La contracción es causada por mensajes químicos que son enviados a los músculos desde los nervios.

Estos mensajes le indican a los músculos que se contraigan, es decir, que se pongan tensos. La toxina botulínica se usa para frenar la contractura muscular ya que bloquea estos mensajes.

Indicaciones

El tratamiento con botox se utiliza mayormente para:

También es un tratamiento común para la tortícolis espasmódica: un espasmo muscular que hace que la cabeza y el cuello se tuerzan en una dirección.

Contraindicaciones

No existe ninguna contraindicación que excluya a algún tipo de paciente, pero como medida de precaución no deben tratarse pacientes:

Por supuesto, el médico decidirá en cada caso individual qué terapia debe aplicarse o qué otra forma de tratamiento puede ser más apropiado. 

Algunos antibióticos u otros medicamentos que interfieren con el impulso nervioso muscular, pueden aumentar el efecto.

Preguntas Frecuentes

Se realiza en el consultorio. La toxina se mezcla con solución salina. 

Se le pide al paciente que arrugue el entrecejo, la frente o los ojos para identificar la masa muscular y se inyecta la toxina con una aguja muy delgada. 

Se realizan desde 5 a 10 inyecciones, lo cual va a depender del número de músculos a ser tratados.

El efecto comienza a presentarse a partir del tercer día. El máximo efecto se alcanza entre los diez días y las tres semanas, según cada paciente.

Normalmente se pierden los efectos transcurridos entre dos y cuatro meses, después de una disminución progresiva durante algunas semanas.

Al cabo de seis meses el beneficio habrá finalizado por completo. Algo interesante es que se crea una memoria de la expresión, por lo cual muchos pacientes no requerirán nuevas aplicaciones.

Puede presentarse un poco de sensibilidad al tacto en el lugar de la inyección. Para lo cual se puede hacer uso de acetaminofen, paracetamol o ibuprofeno, también se puede colocar hielo localmente.

Puede presentarse una coloración roja en el lugar de la inyecciones, la cual desaparecerá varios días después.

Temporalmente puede darse pérdida del control muscular en el área inyectada, normalmente sin alterar la función del músculo inyectado.

Puede fracasar, siendo completamente ineficaz, o, aunque la primera aplicación se haya hecho con éxito, puede ir perdiendo efectividad en los sucesivos tratamientos. 

Se estima un fracaso en solo un 5 ó 10% de pacientes con Distonía Cervical, e incluso menos frecuente en otras formas de Distonía. El fracaso puede deberse a diferentes razones.

Algunos pacientes pueden desarrollar anticuerpos que cancelan el efecto de la Toxina Botulínica o algún tratamiento puede no tener éxito debido a bajas dosis de Toxina Botulínica o la incorrecta aplicación de la misma en los músculos.

Posterior a la aplicación de la toxina botulínica, se recomienda no realizar masajes en las zonas de inyección y colocar hielo localmente sin ejercer presión. El hielo debe aplicarse de forma interrumpida, para así evitar quemaduras en la piel.

Normalmente el paciente debe asistir a control médico a los 14 días post-tratamiento, para realizar la evaluación de los cambios y en caso de ser necesario, complementar algunas zonas, teniendo en cuenta que la fuerza de cada músculo es impredecible.

Después del tratamiento se pueden retomar las actividades regulares. 

No tomar baños muy calientes, baño sauna o tinas de hidromasaje, ni aplicar compresas calientes o cualquier forma de calor a las áreas inyectadas. 

Evitar la exposición directa a los rayos solares y la natación por 48 horas después del tratamiento.

El agua durante el baño deberá estar más fría de lo habitual.

La toxina botulínica BOTOX es producida por la misma bacteria que causa la intoxicación alimentaria. Una dosis alta de toxina botulínica puede ser fatal, así como lo puede ser la intoxicación alimentaria.

Sin embargo, la dosis que se recibe en las inyecciones es solo de billones de gramo y la toxina permanece en el punto inyectado sin entrar en contacto con órganos, por lo que no produce ningún efecto perjudicial. La toxina botulínica ha sido usada de manera segura en miles de personas. Se ha estado usando por más de 10 años.

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